
Jovenes mejoran prácticas agrícolas con monitoreo climático
A sus 20 años Omara Osaba es una ingeniera agraria, amante de la madre tierra. Durante los últimos años Omara se ha dedicado junto a su familia a la observación meteorológica del clima, como una herramienta de adaptación al cambio climático.
Omara conoce muy bien los retos que conlleva el cambio climático para la producción agrícola, en la parcela de su familia se cultiva maíz, un grano indispensable en la dieta de las familias nicaragüenses. En años anteriores las pérdidas en sus cultivos eran constantes. “Los efectos del cambio climático se han manifestado muy drásticamente en los cultivos y en la falta de agua en nuestras comunidades”, nos comenta.
En la parcela de la familia Osaba, localizada en la Comunidad Las Mariítas, del municipio de Somotillo, se instaló un pluvímetro para medir el volumen de precipitación, para que los pequeños productores de la zona cuenten con una herramienta que proporcione información científica y puedan tomar acciones a favor de sus cultivos.
“Sabemos que estamos en la zona seca de Somotillo, y es muy importante monitorear el clima porque nos permite realizar toma de decisiones al momento de sembrar. Ahora sabemos qué tipo de semilla vamos a utilizar y en qué momento será la siembra”.
“Hemos optado por cambiar la época de primera a postrera para sembrar, porque durante todo el tiempo que llevamos recopilando la información del pluviómetro, nos dimos cuenta que es mejor la época de postrera, para evitar pérdidas económicas”, menciona.
Al igual que la familia Osaba, otras familias de ese municipio también monitorean el clima, con el fin de garantizar una excelente producción y adaptarse a los efectos adversos del cambio climático.
Además de monitorear el clima, también se fortalecerá el uso de practicas agroecológicas, como parte del proyecto “Incidencia para la resiliencia comunitaria ante el cambio climático en Nicaragua”, que busca adaptar a las comunidades más vulnerables.
Algunas de las buenas practicas que realiza Omara y su familia, es el uso de semillas tolerantes a las sequías, que permite garantizar la producción; sistemas de captación de agua, que les sirve para el riego de sus cultivos en momentos de escases de lluvias; y los pequeños huertos, que no necesitan de mucha agua y garantiza las frutas y hortalizas de consumo diario de los Osaba.
“No solo mi familia aprovecha la información del pluviómetro, nosotros compartimos con la comunidad los datos que vamos recopilando, la misma gente se acerca a preguntarnos como va estar el invierno, para saber si van a sembrar o no. Toda la comunidad está integrada en esto y a todos nos ha servido de mucho”, explicó Omara.